En la asignatura de cine y literatura elegimos cada uno de nosotros un avatar diferente con el que trabajar en clase. Los avatares son personajes ficticios que escogemos para encarnar su identidad en diferentes actividades. Una de las primeras tareas fue grabar un vídeo haciendo de nuestro avatar. Yo había elegido a Beatrix Kiddo, la novia de Kill Bill, una de mis películas favoritas. Es curioso porque me encanta ese personaje, pero no tiene nada que ver conmigo. Beatrix lo lleva todo hasta el final, se marca metas y objetivos y no para hasta que lo consigue. Yo también me marco metas, pero tiendo a la dispersión y a perder de vista mi objetivo.

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Ahora que estoy reflexionando, ya al final de la asignatura, me planteo por qué escogí el personaje de Beatrix. Meterme en la piel de ese personaje me podría permitir actuar de formas que quizás mi identidad oficial no me permitiría, y no me refiero a matar a nadie obviamente, si no a perder un poco la vergüenza que tenemos muchas veces los alumnos en cualquier nivel educativo y que también tienen y tendrán nuestros estudiantes. Trabajar con avatares nos permite también adoptar otros roles, expresarnos de otra forma y dar otras opiniones. En la clase de ELE puede suponer el doble de interacción y un trabajo de imaginación muy interesante.

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Otras ventajas de trabajar con avatares en clase de ELE son el incremento de autonomía y del nivel de competencia, incremento de la cohesión de grupo o la relativización del fracaso, ya que el alumno no se identifica directamente con error (Pisonero, 2018).

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En general ha sido una experiencia positiva, me ha permitido conocer mejor a mis compañeros y también reflexionar sobre cómo soy y sobre mi propio aprendizaje.